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El granizo es uno de los fenómenos meteorológicos más dañinos para los elementos exteriores de una vivienda. Es común que se deba realizar la reparación de persianas por granizo en los meses de verano. El calor que se concentra en la superficie sube con mayor potencia, lo que proporciona “combustible” extra a las nubes verticales donde se genera el granizo.

Las gotas de agua en suspensión dentro de la nube se congelan y cuando son demasiado pesadas acaban cayendo. Y, en cuestión de minutos, una fuerte granizada puede causar abolladuras, grietas o incluso agujeros en superficies expuestas como los vehículos, toldos o persianas.

El granizo se encuentra entre uno de los tres factores más habituales en las reparaciones en persianas.

¿Quién se hace cargo de la reparación de persianas por granizo?

Una de las preguntas más frecuentes tras una granizada es si el seguro del hogar se hace cargo de este tipo de daños.

Las persianas exteriores son especialmente vulnerables si llevan tiempo instaladas y presentan desgaste. Las lamas más antiguas, deterioradas por el sol, el uso o el paso del tiempo, pueden ceder fácilmente ante el impacto del granizo, provocando desperfectos que afectan tanto a la estética como al aislamiento térmico y acústico del hogar.

La mayoría de las pólizas multirriesgo sí incluyen coberturas por fenómenos atmosféricos, siempre que se superen ciertos umbrales establecidos (como el tamaño del granizo o la intensidad del viento). Será un perito quien se encargue de comprobar la meteorología de ese día para verificar que la reparación entra dentro del seguro.

Reparación de persianas por granizo

En estos casos, conviene revisar las condiciones de la póliza y contactar con la compañía aseguradora lo antes posible. Para facilitar el trámite, es recomendable hacer fotografías de los daños, conservar las lamas deterioradas y, si es posible, contar con un informe técnico que evalúe el estado de la persiana.

Qué es mejor ¿reparar o sustituir?

Una vez detectado el daño, el siguiente paso es valorar si es viable reparar las persianas o si conviene sustituir directamente las lamas. Esta decisión depende principalmente de tres factores:

  • El número de lamas afectadas: si el daño es puntual, se pueden reemplazar solo las piezas deterioradas.

  • El estado general del sistema: si la persiana ya mostraba signos de desgaste, puede que lo más eficiente sea renovarla por completo.

  • El tipo de material: el aluminio, por ejemplo, resiste mejor los impactos que el PVC, pero también puede deformarse de forma irreversible.

En estos casos, la valoración de un técnico especializado garantiza la evaluación precisa y realizar las acciones pertinentes con garantías de durabilidad.

¿Has sufrido daños por granizada? En ese caso, podemos ayudarte. Realizamos diagnósticos sin compromiso y te asesoramos sobre la mejor solución según el estado de tu sistema. Porque una persiana bien mantenida también es parte del confort de tu hogar.

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